La inmensa mayoría de sus posiciones han tenido un comportamiento muy positivo tanto en valor absoluto como en relativo... ¿podría ser entonces un buen momento para vender?

En este artículo vamos a tratar de explicar cómo se toman las decisiones de venta en el fondo Beka International Select Equities. Este fondo pone el foco en la calidad de las compañías en las que invierte, una filosofía de inversión apenas desarrollada por entidades españolas pero muy común en el resto de países de nuestro entorno.

Desde el lanzamiento del fondo, la inmensa mayoría de sus posiciones han tenido un comportamiento muy positivo tanto en valor absoluto como en relativo. ¿Podría ser entonces un buen momento para vender alguna de estas compañías? A simple vista podría parecer que sí, pero esta no siempre suele ser la mejor decisión. Intentaremos explicar en qué nos basamos para hacer esta afirmación y explicar cuáles son los motivos para tomar nuestras decisiones de venta.

Alrededor del 75% de la cartera del fondo la conforman empresas de calidad, líderes en sus respectivos sectores y que se benefician de algunas de las tendencias actuales a largo plazo. Este tipo de empresas son escasas y en la mayoría de los casos, entender el modelo de negocio y la cuenta de pérdidas y ganancias, tiene mucha mayor importancia que la valoración actual en sí.

Tomemos como referencia una de nuestras mayores posiciones y que además está en la cartera desde el inicio del fondo, Amazon. La cotización de Amazon se ha revalorizado un 80,98% en el último año y no deja de sorprendernos cómo algunos medios hablan de su "cara” cotización. Pues bien, Amazon cotiza, a día de hoy, a precios más atractivos que en 2018 (P/E y EV/Ebitda) cuando su posición con respecto a sus competidores es claramente más dominante que hace dos años y sus perspectivas de negocio han mejorado sustancialmente (tanto en e-commerce como en cloud).

La clave de nuestra estrategia reside precisamente en esto, los múltiplos a los que cotizan nuestras compañías podrían llegar a comprimirse y, aun así, revalorizarse nuestra posición debido a la elevada generación de valor. Es más, en muchas de nuestras compañías, esperamos que los múltiplos a los que cotizan se compriman, pero si nuestras perspectivas del negocio son correctas, nuestras posiciones nos aportarán resultados positivos.

Cuando tenemos estas compañías en cartera, pensamos que es mucho mejor mantenerlas y dejar que nuestra inversión se multiplique exponencialmente, es decir, beneficiarnos del efecto del interés compuesto a largo plazo.

Es cierto que, aún con el efecto del interés compuesto en nuestra mente, en ocasiones se hace necesario vender alguna de nuestras posiciones. Estos motivos incluyen pero no se limitan a cuando:

1) El negocio ya no crece por encima de la media de su sector.

2) El negocio ha perdido su ventaja competitiva.

3) El equipo directivo ha cambiado y no cumple con nuestras expectativas.

Hemos comprobado que la mayoría de los inversores venden sus posiciones con la idea de que las volverán a comprar a una valoración más atractiva. En nuestra experiencia, esto no suele producirse con el tipo de compañías que ostentamos en la actualidad y, por ello, preferimos evitar este tipo de pensamiento.

En definitiva, lo atractivo de nuestra estrategia es que no requiere de incrementos de valoración sino de una posición competitiva sostenible y superior a la media en los valores que seleccionamos.

Javier Martín, CFA - Director de inversiones y gestor del fondo Beka International Select Equities FI.

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