Nuestro Chief Economist analiza para Cinco Días los efectos de la política arancelaria de Trump, la disfunción del mercado de crédito y las oportunidades de inversión en un nuevo entorno económico.

Nuestro economista jefe, David Azcona, ha sido entrevistado por Cinco Días en un momento decisivo para la economía global. En la reunión de perspectivas para el 2025, celebrada en diciembre, Beka ya anticipaba un escenario complejo para EE. UU., con una probabilidad de recesión del 55%. Hoy, ese riesgo ha aumentado al 65%.

Según Azcona, el endurecimiento comercial liderado por Donald Trump no es un fenómeno aislado, sino el detonante de un cambio estructural.

“Vamos hacia una economía menos productiva y con menor potencial de crecimiento. Cerrar fronteras es quedarse con productores menos eficientes”, afirma.

Aunque reconoce que la estrategia estadounidense podría buscar estabilidad a largo plazo, advierte de su coste en el corto.

Entre los riesgos actuales destaca la disfunción del mercado de crédito, señalando que "si no fluye el dinero, la economía no puede funcionar". Además, subraya la pérdida de excepcionalidad del dólar como activo refugio, aunque matiza que otros bancos centrales no permitirán que esta tendencia avance sin consecuencias.

En cuanto a los mercados, Azcona considera que el mercado no está metiendo en precio muchos datos y la corrección bursátil actual “son cosquillas” en comparación con lo que debería estar ocurriendo, por lo que ha rebajado su objetivo para el S&P 500 de 5.100 a 4.900 puntos. Este será, a su juicio, el nivel en el que emerjan las grandes oportunidades de inversión.

Beka  ha ajustado sus carteras con un enfoque defensivo: renta fija a corto plazo de alta calidad, activos alternativos y estrategias multiactivo. Entre sus apuestas selectivas, destacan India, Japón, el sector salud y el inmobiliario centroeuropeo.

Respecto a la Bolsa española, Azcona muestra cautela: el buen comportamiento reciente podría verse limitado por la composición sectorial del Ibex 35, especialmente si bajan los tipos y aumentan las provisiones bancarias. Aunque reconoce que las previsiones de crecimiento para España son optimistas, insiste en que los inversores pondrán a prueba la capacidad de las economías para sostenerse sin apoyos externos.

Puedes leer la entrevista completa en Cinco Días.

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