La financiación es una parte esencial de la actividad empresarial. Las empresas necesitan financiación para cubrir sus gastos, invertir en su crecimiento y hacer frente a imprevistos. La financiación puede ser a corto o largo plazo, según las necesidades de la empresa.

Vamos a analizar los beneficios de cada una de ellas, además de las diferencias entre ambas y algunos consejos para ayudarte a escoger la mejor financiación para tu empresa. 

Diferencias entre financiación a corto y largo plazo

La principal diferencia entre la financiación a corto plazo y la financiación a largo plazo es el plazo de devolución. La financiación a corto plazo se debe devolver en un plazo inferior a un año, mientras que la financiación a largo plazo se debe devolver en un plazo superior a un año.

Otras diferencias importantes entre estos dos tipos de financiación son las siguientes:

  • Flexibilidad: la financiación a corto plazo suele ser más flexible que la financiación a largo plazo. Esto se debe a que las entidades financieras suelen ser más estrictas a la hora de conceder financiación a largo plazo.
  • Coste: los tipos de interés de la financiación a corto plazo suelen ser más bajos que los de la financiación a largo plazo, ya que el riesgo de impago es menor en el corto plazo.
  • Uso: la financiación a corto plazo suele utilizarse para cubrir gastos imprevistos, mientras que la financiación a largo plazo suele utilizarse para proyectos de inversión.

Financiación a corto plazo: pros, contras y opciones de financiación

La financiación a corto plazo es aquella que se debe devolver en un plazo inferior a un año. Se suele utilizar para cubrir gastos imprevistos, como la compra de materias primas, el pago de nóminas o la ampliación de la capacidad productiva.

Entre los principales beneficios de la financiación a corto plazo encontramos:

  • Flexibilidad: es una opción de financiación rápida y sencilla, que permite a las empresas disponer de liquidez de forma inmediata.
  • Coste reducido: los tipos de interés de la financiación a corto plazo suelen ser más bajos que los de la financiación a largo plazo.

Sin embargo, también cuenta con algunas desventajas que deberás tener en cuenta si estás dudando entre optar por una financiación a corto plazo o a largo plazo:

  • Disponibilidad limitada: las entidades financieras suelen ser más estrictas a la hora de conceder financiación a corto plazo.
  • Riesgo de endeudamiento: si la empresa no puede devolver la financiación a tiempo, puede acumular deuda.

Opciones de financiación a corto plazo

Existen diferentes opciones de financiación a corto plazo que pueden ser beneficiosas para las empresas en determinadas situaciones. Algunas de estas opciones son:

Factoring financiero: Consiste en la venta de facturas pendientes de cobro a una entidad financiera a cambio de un adelanto de su importe.

Financiación por medio de inventarios: Consiste en utilizar los inventarios como garantía para obtener un préstamo a corto plazo.

Pagarés: Son instrumentos de deuda a corto plazo emitidos por una empresa y que deben ser pagados en un periodo determinado. Actualmente Beka Credit ofrece un programa de pagarés para obtener financiación a corto plazo por parte de las compañías.

Confirming: Es un servicio financiero que permite a las empresas adelantar pagos a sus proveedores.

Líneas de crédito: Son acuerdos con una entidad financiera que permiten a la empresa utilizar fondos adicionales según sus necesidades.

Financiación a largo plazo: pros, contras y opciones de financiación

La financiación a largo plazo es aquella que se debe devolver en un plazo superior a un año. Se suele utilizar para proyectos de inversión, como la compra de maquinaria, la ampliación de la plantilla o la apertura de nuevas sucursales.

Algunos de los beneficios de la financiación a largo plazo son:

  • Mayor plazo de devolución: permite a las empresas amortizar el préstamo en un periodo más largo, lo que reduce el importe de las cuotas mensuales.
  • Mayor estabilidad financiera: la financiación a largo plazo proporciona a las empresas una mayor estabilidad financiera, ya que no tienen que preocuparse por la devolución del préstamo a corto plazo.

Aunque, al igual que la financiación a corto plazo, también cuenta con algunas desventajas:

  • Coste más elevado: los tipos de interés de la financiación a largo plazo suelen ser más altos que los de la financiación a corto plazo.
  • Menor flexibilidad: es una opción de financiación menos flexible que la financiación a corto plazo.

Opciones de financiación a largo plazo

Estas son solo algunas de las principales opciones de financiación a largo plazo disponible para empresas:

Bonos: Son instrumentos de deuda a largo plazo emitidos por empresas o entidades gubernamentales. Los bonos ofrecen rendimientos fijos y plazos establecidos para su devolución.

Acciones: Representan la propiedad parcial de una empresa y se emiten a través del mercado de valores. Los inversores adquieren acciones con la expectativa de obtener ganancias a través de dividendos o la valorización de las mismas.

Leasing: Consiste en el alquiler a largo plazo de activos fijos, como maquinaria o equipos, con la opción de compra al finalizar el contrato. Esta modalidad ofrece flexibilidad y permite evitar grandes inversiones iniciales.

Hipotecas: Son préstamos a largo plazo garantizados por un bien inmueble. Estos préstamos se utilizan comúnmente para adquirir propiedades o financiar proyectos de construcción.

Préstamos a largo plazo: Financiación que titula la compañía y que puede ser otorgada por una entidad financiera o financiadores alternativos como Beka Credit a través de su vehículo de financiación Triana SME Lending.

Cómo elegir el plazo de financiación adecuado

La elección del plazo de financiación adecuado depende de las necesidades específicas de cada empresa. Si la empresa necesita liquidez para cubrir gastos imprevistos, la mejor opción es la financiación a corto plazo. Si la empresa necesita financiar un proyecto de inversión, la mejor opción es la financiación a largo plazo.

Bajo nuestra experiencia, estas son algunas recomendaciones para elegir el plazo de financiación adecuado:

  • Evalúa tus necesidades de liquidez: ¿Necesitas liquidez para cubrir gastos imprevistos o para financiar un proyecto de inversión?
  • Analiza tu situación financiera: ¿Tienes la capacidad de devolver la financiación a tiempo?
  • Considera el riesgo de impago: ¿Cuál es el riesgo de que la empresa no pueda devolver la financiación?

Una vez que hayas evaluado sus necesidades y su situación financiera, podrás elegir el plazo de financiación adecuado para tu empresa. Y recuerda que siempre podrás optar por alguna de las alternativas de financiación para pymes que mejor funcione actualmente.