Cerrando el 2022, es inevitable cuestionar que nos deparará el 2023, que seguirá marcado por la inflación, conflictos geopolíticos, entre otros.

Cerramos este 2022, un año copado de multitud de eventos: guerra en Europa, encarecimiento del precio de la energía, inflación elevada, subidas de tipos de interés a los dos lados del Atlántico después de años, entre otros. A pesar de ello, hemos seguido, como siempre, con la mirada puesta en el largo plazo, en las oportunidades que han surgido y que surgen en el mercado, obviando el ruido y los factores de corto plazo, y centrándonos en nuestro proceso inversor, seleccionando buenas inversiones que nos otorguen buenos retornos para el futuro.

El comportamiento de los mercados en el ejercicio, que en breve dejaremos atrás, ha sido muy negativo para la mayoría de los activos, como consecuencia, principalmente, de la respuesta de los diferentes bancos centrales ante los altos niveles de inflación que se están presentando en sus respectivos territorios. Bancos Centrales, que han optado por una subida de tipos agresiva para tratar de combatir esas altas tasas de inflación y que han provocado que tanto la renta fija cómo la renta variable hayan sufrido importantes recortes, siendo históricos en el caso de los bonos, que no han actuado como contrapeso ante las caídas de la renta variable, sino que ambos activos se han comportado en el mismo sentido.

Ante la pregunta de ¿qué ocurrirá en los mercados el año que viene?, podemos decir, de forma general, que dependerá de lo que suceda con el crecimiento, la inflación, la subida de tipos, etc., y principalmente de hasta dónde llegará la desaceleración o la temida recesión. A día de hoy, todo parece indicar que la inflación ha llegado a un punto de inflexión y que las subidas de tipos de los diferentes bancos centrales se moderarán y/o pararán a lo largo del año 2023, conforme se vaya confirmando la moderación de los niveles de inflación, pero nadie tiene la bola de cristal, y todas las previsiones que se realizan pueden ser fallidas en unos meses ya sea para bien o para mal, ya que lo que pueda acontecer con los diferentes riesgos geopolíticos, los factores anteriormente comentados (inflación, tipos de interés, etc.), y el grado de severidad de la recesión, nos llevará a un comportamiento mejor o peor en los mercados. Posiblemente, en el caso de que la recesión que pueda venir sea suave, el mercado no debería caer demasiado, adicionalmente a lo que ya ha caído en este 2022, sin embargo, en el caso de que se termine provocando una recesión más severa, probablemente todavía nos quedaría por ver caídas adicionales para los mercados de renta variable.

Por todo ello, creemos que es imposible hacer una previsión sobre lo que acontecerá el próximo ejercicio, pero lo que si sabemos o al menos es lo que ha sucedido de manera recurrente a lo largo de la historia es que, en un plazo más extenso, los diferentes riesgos se disiparán y el mundo seguirá funcionando y creciendo. Además, el estudio del comportamiento histórico de los mercados, nos dice que si bien no sabemos si el actual es el mejor momento de entrada en el mercado para un inversor, ya que sería posible que dentro de unas semanas o meses el nivel de entrada pudiera ser mejor, lo que si podemos afirmar es que para una cartera con una perspectiva de plazo más amplio y con una adecuada selección de valores, niveles cómo los actuales en los mercados suelen constituir niveles atractivos de entrada, y por ello seguimos trabajando con la convicción puesta en nuestra estrategia de inversión, buscando oportunidades que puedan ofrecer importantes retornos en el futuro.

Desde Beka AM aprovechamos para desearles una muy Feliz Navidad y un gran Año 2023.

Fernando Cifuentes, Director de Fondos Abiertos de Beka Asset Management.
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