Desde Beka Finance Private Banking, cualquier expectativa sobre un escenario de estanflación en 2022 está sujeta a una serie de "asteriscos".

El escenario macro de la zona euro diverge bastante con respecto al de hace dos semanas, donde la inflación era la principal protagonista y los bancos centrales se encontraban en la encrucijada sobre si subir los tipos de interés o no.

Tras el desarrollo del conflicto de Ucrania, varios analistas han sido encuestados por el diario El Economista con el fin de determinar conjeturas sobre si el escenario de la estanflación tendrá lugar, como consecuencia de los últimos acontecimientos, en 2022.

Para abordar esta cuestión de manera pormenorizada, David Azcona, Chief Investment Officer de Beka Finance Private Banking, previamente detalla el concepto de estanflación para entender esta hipótesis.

«Conceptualmente se entiende por estanflación el momento en el que en el ciclo coincide un elevado incremento en la evolución de los precios, altas tasas de desempleo y un crecimiento recesivo», por lo que, hoy en día y a nivel global, la parte de elevados precios podría ser lo más coherente de experimentar para el 2022.

Ante este supuesto, existe un “pero” para Azcona, dado que en el caso de que los precios actuales de las materias primas se mantuviesen elevados prolongadamente, desde la casa, consideran que «la parte de crecimiento no cuadra» con la definición mencionada anteriormente.

A este punto hay que añadir que las tasas de desempleo actuales -próximas al 3.8% para EE. UU. y del 7% para la Eurozona- y que el escenario del 90% de los países que Beka Finance Private Banking sigue a febrero «muestran indicadores propios de una expansión y, aunque parezca sensato pensar que la subida de las materias primas/bloqueos/etc. no saldrá gratis, por ahora el impacto de estas en expectativas de crecimiento drenan un 1% los niveles de expectativas con los que iniciábamos el año (no prevemos recesión)».

Bajo este argumento, la casa estaría esperando crecimientos globales de «3.25/3.75 vs. 4.25%/4.75%» y para la Eurozona «niveles de inflación del 5%, puesto que tendremos efectos que contrarrestaran los efectos negativos que a todos nos tienen preocupados». Por ello, «cualquier expectativa debe estar sujeta a una serie de “asteriscos” propios del desconocimiento del mantenimiento en el tiempo del conflicto (si estamos ante el mantenimiento en el tiempo como apunta UK sería peor el impacto) y la capacidad de dar oferta a nivel mundial a la aparente escasez de ciertos recursos».

Por tanto, desde la casa concluyen que mantener «una visión global y diversificada parece lo más oportuno» y -a nivel particular- «habrá economías que, por menor dependencia regional, se verán menos impactadas o estarán en otra fase de la recuperación», como en el caso de Asia.

Accede al reportaje completo de El Economista a través de este enlace.

Equipo de Comunicación Beka Finance y Beka Finance Private Banking.

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