Estar invertido en renta variable a largo plazo es imprescindible para hacer frente al temor de una recaída similar a la vivida 14 años atrás con la crisis de Lehman, que provoque el tambaleo del sistema financiero global.

En el 2008, los mercados vivieron una de las épocas más recordadas en décadas, tras la caída del cuarto banco de inversión más grande de Estados Unidos, Lehman Brothers, convirtiéndose además en el clímax de la crisis de las hipotecas de alto riesgo y provocando una crisis financiera a nivel mundial.

Ahora cuando los mercados financieros se encuentran ante una situación de incertidumbre, es inevitable pensar si la escena vivida 14 años atrás se repetirá.

José Miguel Fernández, Head of Equities de Beka Finance Private Banking debate al respecto, en una entrevista para el diario El Economista, en el que participaron 24 firmas de asesoramiento patrimonial y de gestión de activos.

Ante la pregunta de si puede ocurrir algo similar o peor a las caídas ocurridas tras la bancarrota de Lehman Brothers, Fernández comenta que «Por análisis de escenarios econométricamente posibles y adversos, sí. Pero será con datos o catalizadores que desconocemo sactualmente».

 La actual situación macroeconómica, a pesar de ser negativa, difiere en diversos parámetros frente a la situación que se dio en 2007, que incluía, entre otros, inflación, altos tipos de interés, valoraciones, contagio sistémico entre clases de activos, etc.

Por otro lado, el entorno actual, que es de carácter delicado, sugiere la posibilidad de la ocurrencia de ajustes importantes en los precios de los activos de riesgo. Estimar si la amplitud de dichas posibles caídas se aproxima a la magnitud de la situación observada en 2007 es difícil, ya que entran en juego no sólo parámetros macroeconómicos, sino que también un papel muy importante como es la psicología de los inversores y los posibles contagios entre clases de activos, a priori, descorrelacionados.

Invertir en renta variable

 Se debate mucho sobre si es este, por tanto, un buen momento para entrar en renta variable o es mejor esperar.  Y desde Beka Finance Private Banking, consideran que es, sin duda, un buen momento para estar invertido en renta variable, siempre y cuando sea con miras al largo plazo. Esperar a que el mercado toque fondo ha demostrado ser altamente difícil históricamente.

Para el inversor cuya mirada está fijada en el largo plazo, existen inversiones que cuentan con valoraciones atractivas, a pesar de que puedan verse mermadas en el corto plazo, en cuanto a beneficios.  Un buen punto de entrada, en momentos como los que vivimos, por tanto, serían «Emergentes, Europa y ciertas ideas de Estados Unidos.»

 El pesimismo de los inversores toca el nivel más alto, probablemente desde 2008, debido a que la expectativa de crecimiento global y de beneficios se han desplomado a un mínimo histórico.  El factor más determinante en el pesimismo instalado en los mercados, actualmente, son los datos macroeconómicos, se trata de “la pescadilla que se muerde la cola”.

«Cualquier evento de naturaleza macroeconómica que rompa dicha espiral, como la inflación, subida de tipos o recesión, serviría como catalizador para un sentimiento positivo en los mercados», afirma Fernández.

José Miguel Fernández, Head of Equities, Beka Finance Private Banking

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