Poner el foco en activos productivos y que entienda perfectamente. Ese es el estilo de inversión que el "Oráculo de Omaha" lleva a cabo a la hora de invertir en compañías de crecimiento o de valor.

Uno de los debates constantes sobre el estilo de inversión de Warren Buffett es si adquiere compañías de crecimiento o de valor. Si repasamos brevemente algunos de sus movimientos podremos dar una respuesta más concreta.

Price is what you pay, value is what you get es uno de los dogmas que ha seguido Buffett en sus inversiones y, en líneas generales, ha estado siempre presente. Con su filosofía de comprar acciones infravaloradas con respecto al valor de la compañía, se ha ganado la gran reputación que merece. Sin embargo, ¿prefiere invertir en compañías de crecimiento o de valor?

Los inicios de Buffett

La filosofía de Warren se terminó de forjar hace ya 70 años, cuando comenzó a trabajar con Benjamin Graham y analizaban informes de la bolsa sin parar. Graham es considerado el padre del Value Investing y compartían la técnica de invertir en empresas sólidas y a largo plazo.

Graham se centraba en los números concienzudamente, en el balance, los ingresos, las deudas, etc. Buffett hacía ese análisis, pero además valoraba aspectos como sus intangibles, la fuerza de la marca o la calidad del equipo directivo y si estaba alineado con la empresa.

En los años posteriores Graham se retiró y Warren reunió capital entre familia y amigos para comenzar una sociedad en Omaha. Tras hacerla crecer y algunas adquisiciones más, compró Berkshire Hathaway en 1965, unificando posteriormente todos sus negocios.

Warren Buffett y las criptomonedas

Recientemente declaró sobre el bitcoin que si le ofrecieran todo el bitcoin del mundo por 25 dólares no lo compraría. La justificación a ello es que «el bitcoin no produce nada». Y tiene razón. Pese a todo el empeño de convertirlo en uno de los criptoactivos más famosos para operar, en el fondo solo es una representación del valor real, al igual que otras monedas fiat, no tienen valor per se.

Por esta razón, Buffett no compra esta clase de activos y siempre ha sido reticente a ellos, declarando en 2018 que Berkshire Hathaway «nunca tendrá una inversión en ellas». Su punto de vista tiene sentido, ya que su precio solo depende de que en el futuro otro pague más caro lo que compraste. En otras palabras, Buffett no compra especulación.

La manzana prohibida

Cuando algunos “analistas” intentaban predecir el próximo crash financiero por la crisis ucraniana al principio de año, Buffett adquirió 600 millones de la compañía de Cupertino (California). Independientemente de que Apple sea value o growth, los inversores se fían de sus grandes barreras de entrada, como la predilección de sus usuarios por la marca, el reciente paso que dio con sus chips propios o de sus beneficios crecientes trimestre tras trimestre, incluso con pandemia de por medio. Buffett no iba a quedarse atrás y engrosó su cartera hasta ocupar con la compañía hasta casi la mitad del portfolio de Berkshire Hathaway, soltando lastre de otras empresas más consolidadas.

Buffett compra buenos negocios independientemente de la etiqueta que se les ponga

Es frecuente encontrar compañías que, dependiendo de quien las analice y de la consideración que cada uno tiene sobre que es el value o el growth, puedan ser catalogadas o consideradas en una u otra categoría, y como el mismo Buffet ha comentado en algún momento el growth y el value son parte de la misma ecuación.  

Por esto es difícil catalogar el estilo de inversión de Warren Buffet en uno u otro estilo de inversión, y cómo el mismo alega, un inversor inteligente debe considerar tanto el valor como el crecimiento simultáneamente.

Por encima de todo, Buffett compra activos que generan valor y aun si hubiera un cambio de paradigma económico, él estaría protegido, ya que seguiría habiendo demanda de los productos o servicios que ofrecen sus participaciones.

De este breve análisis podemos deducir que el “Oráculo de Omaha” solo se centra en activos productivos y que entiende perfectamente.