Si bien, el perfil marcado en un principio a la hora de invertir puede evolucionar con el tiempo, es fundamental que a la hora de realizar la transición de ahorrador a inversor, cuentes con un perfil de riesgo determinado.

Inversores conservadores, moderados y arriesgados. Tres tipos de inversor que definen la toma de decisiones financieras, pero ¿por qué es tan importante categorizar el perfil de riesgo de un inversor?

Según la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el perfil de un inversor se define como «la relación que existe entre los riesgos que se está dispuesto asumir y los rendimientos que se espera obtener».

Por esta razón, a la hora de dar el salto de ahorrador a inversor, una de las premisas fundamentales que debe plantearse el inversor, antes de comenzar a ordenar sus finanzas, radica en saber cuál es el perfil de riesgo que mejor se adecua a sus necesidades, peculiaridades y circunstancias, aunque este pueda cambiar o evolucionar en el futuro.

De este modo, determinar un perfil financiero marcará el punto de partida para saber qué estilos de inversión seguir y, por consiguiente, qué productos de inversión contratar basado en la zona de confort financiero de cada inversor.

¿Qué activos se orientan para perfiles más conservadores o para perfiles más arriesgados?

Cómo tónica general, al principio muchos inversores tienden a clasificarse hacia un perfil inversor conservador, debido a que la aversión al riesgo es comúnmente identificativa, no obstante, esto no excluye que en un momento dado no puedan dar el salto hacia otros productos más arriesgados, ya que cualquier catalogación está orientada en términos globales y puede variar en función de la evolución de diversos factores.

Las operaciones de inversión para un perfil de riesgo conservador buscan obtener un beneficio -en este caso menor que para perfiles arriesgados- en el corto/medio plazo, relegando la rentabilidad a un segundo plano, el que prima mantener el patrimonio y se evita que el capital pierda valor.

Anteriormente existía una clara dicotomía entre el perfil de riesgo conservador o el arriesgado, sin embargo, esta división ha dado lugar a otras subdivisiones, como por ejemplo, el perfil conservador o muy conservador, subclasificaciones más enfocadas hacia inversores que descartan riesgos.

En concreto, el primer perfil apuesta por productos de inversión caracterizados por un nivel de riesgo medio, con los que poder optar a beneficios asumiendo un riesgo limitado, mientras que el segundo no admite apenas un mínimo de riesgo y solo desean proteger su patrimonio gracias a su inversión.

En la otra cara de la moneda, se encuentran los perfiles más arriesgados o dinámicos. En esta vertiente se clasifican, aquellos inversores más agresivos que desean sacar el máximo partido a sus ahorros sin centrar el foco en los riesgos y la volatilidad de sus carteras.

Cómo calcular o detectar mi perfil inversor

Capacidad y tolerancia son las premisas que establecen en qué categoría puedes orientarte a la hora de invertir tus ahorros, pero ¿cómo aplican estos factores a la hora de detectar o calcular mi perfil inversor?

A la hora de proceder al respecto, los gestores, asesores financieros o herramientas de simulación emplean una media ponderada de estos dos elementos. Específicamente, la capacidad de asumir riesgos engloba la relación entre tus objetivos y el capital esperado tras la inversión y la tolerancia es sinónimo de las pérdidas económicas que se está dispuesto asumir.

No obstante, la Directiva sobre Mercados de Instrumentos Financieros (MiFID, por sus siglas en inglés) de la Unión Europea, con el fin de promover la protección de la comunidad inversora y poner en práctica la transparencia, exige a los asesores financieros realizar un Test de Idoneidad o Conveniencia para obtener información de distinta índole antes de concretar cualquier tipo de inversión.

Respecto a este test es necesario que el inversor conteste a diferentes preguntas relativas a diferentes aspectos:

  • Situación financiera: sus gastos, deudas, ingresos, etc.
  • Objetivos financieros: las metas para gestionar y determinar su planificación financiera a la hora de invertir.
  • Horizonte temporal: tiempo que el inversor está dispuesto a mantener invertido su capital en cualquiera de los productos.
  • Conocimientos financieros: su background a la hora de entender la información financiera.

En Beka Asset Management contamos con diferentes fondos de inversión que invierten en renta variable, adecuados para los perfiles más tolerantes a la volatilidad, cómo el Beka International Select Equities, FI, un fondo que invierte en  renta variable en el mercado global, cuya cartera está compuesta principalmente por compañías de calidad cotizadas en mercados secundarios; así como el Beka Optima Global FI, fondo que invierte en las principales economías del mundo en función de la evolución del PIB, así como en compañías de alta capitalización y buen dividendo.