En España, más del 80% de la financiación empresarial sigue viniendo de los bancos. Sin embargo, cada vez más pymes están encontrando en el crédito privado una vía alternativa no solo para respirar financieramente, sino para crecer. Esta tendencia, aún incipiente en nuestro mercado, está redefiniendo cómo se entiende una refinanciación: ya no como una tabla de salvación, sino como un instrumento de transformación empresarial.

La pregunta clave que deberían hacerse muchas pymes hoy no es si pueden seguir con su estructura de deuda actual, sino si esa estructura les permite crecer. Porque no se trata de deber menos, sino de deber mejor.

El nuevo enfoque: refinanciación como estrategia de crecimiento

Cuando se habla de refinanciación, muchas empresas piensan automáticamente en negociar con el banco para ganar tiempo. Pero una refinanciación estratégica es algo diferente: es rediseñar la estructura financiera de la empresa con lógica de futuro.

Esto puede implicar:

  • Unificar pasivos dispersos bajo una sola estructura
  • Extender plazos para reducir presión mensual
  • Incluir capital adicional para inversiones
  • Sustituir deuda bancaria inflexible por crédito privado

El objetivo no es “patear la deuda hacia adelante”, sino dotar a la empresa de un equilibrio financiero real, liberando liquidez para reinvertir y crecer.

En muchos casos, cuando una empresa acude a nosotros, no está en crisis. Al contrario: tienen ingresos estables y están creciendo, pero su estructura de deuda está mal diseñada. Los vencimientos a corto plazo les asfixian, y los bancos no ofrecen flexibilidad.

Qué es el crédito privado (y por qué puede ser la pieza que falta)

El crédito privado se refiere a préstamos otorgados por fondos de inversión, family offices o instituciones no bancarias. No son líneas estándar ni productos de catálogo. Son estructuras financieras diseñadas a medida para cada empresa, con un análisis profundo del plan de negocio y una lógica de partnership más que de simple préstamo.

En España, esta herramienta todavía representa apenas el 15% del crédito empresarial, frente al 60% que ya alcanza en mercados como EE.UU. o Reino Unido. Pero eso está cambiando. Especialmente entre las pymes que facturan más de 2 millones de euros al año y buscan agilidad, flexibilidad y capital para crecer sin depender exclusivamente de la banca.

Hemos visto cómo, al refinanciar con crédito privado, liberan tesorería desde el primer mes. En una operación reciente, una empresa del sector industrial pasó de pagar cinco préstamos distintos a unificar todo en un solo instrumento con 2 años de carencia.

¿En qué casos tiene sentido refinanciar con crédito privado?

Una refinanciación estratégica con crédito privado puede ser una excelente opción si estáis en alguna de estas situaciones:

  • Múltiples préstamos con vencimientos descoordinados
  • Cuotas mensuales que ahogan el flujo de caja
  • Necesidad de liquidez adicional para inversiones
  • Tensión de tesorería provocada por ICOs próximos a vencimiento
  • Escasa disposición de la banca a renovar condiciones

Este tipo de operaciones no son exclusivas de grandes grupos corporativos. En el mercado español ya existen vehículos de crédito privado que trabajan con pymes desde tickets de 1-2 millones de euros, siempre que exista un plan sólido detrás.

Lo que parecía un problema de deuda, en realidad era un bloqueo de liquidez que impedía invertir en nuevos contratos. Al liberar ese capital, pudieron contratar nuevo personal y expandirse a otra región.

No se trata de pedir más, sino de pedir distinto. Esa es la clave.

Casos reales: cuando el crédito privado marca la diferencia

Los ejemplos más ilustrativos vienen de empresas que necesitaban más plazo, más flexibilidad o liquidez adicional que la banca no ofrecía.

Parkia (aparcamientos urbanos): refinanció 370 millones de euros consolidando múltiples préstamos en una sola plataforma. ¿El resultado? Mayor plazo, menor complejidad, capacidad para seguir creciendo.

Grupo hotelero en la costa mediterránea: con 20 millones de facturación, necesitaban renovar sus instalaciones y hacer frente a vencimientos ICO. Obtuvieron un préstamo privado con 2 años de carencia y 6 años de plazo. Gracias a eso, reabrieron tras la pandemia sin vender activos clave.

Grupo Tyché (turismo): accedió a 28 millones vía bonos MARF, diversificando su base financiera y obteniendo liquidez sin necesidad de recurrir a la banca, que ofrecía peores condiciones.

Estos casos muestran que la lógica no es “pedir por pedir”, sino construir una estructura de deuda más adecuada al modelo de negocio y los retos futuros. El acceso a este tipo de financiación no está limitado a grandes corporaciones; también pymes con facturación media pueden plantearse estructuras similares.

Más allá de la deuda: cómo el crédito privado impulsa liquidez e inversión

El crédito privado no solo alivia la presión financiera. Su principal aportación es que libera capital para reinvertir en el negocio. A continuación, detallamos cómo consigue esto una refinanciación estratégica bien estructurada:

Alivio del servicio de deuda

Al refinanciar préstamos existentes con condiciones más largas o incluir carencias iniciales, la empresa reduce drásticamente los pagos mensuales. Esto se traduce en liquidez inmediata que puede destinarse a marketing, contratación, desarrollo de producto o expansión geográfica.

Aportación de fondos adicionales

Muchos fondos de deuda estructuran operaciones que no solo refinancian lo antiguo, sino que inyectan capital nuevo para proyectos estratégicos. Así, una pyme puede cancelar préstamos caros o próximos a vencimiento y, al mismo tiempo, obtener dinero para crecer.

Estructuras pensadas para acompañar el crecimiento

Los fondos pueden ofrecer intereses capitalizables (PIK), esquemas pay-if-you-can o tramos subordinados, lo cual reduce la presión sobre la caja en los primeros años. Esto permite que el dinero permanezca dentro del negocio el tiempo necesario para generar retorno.

Mejora del capital circulante

Al sustituir líneas de crédito a corto plazo por financiación estructurada a largo plazo, se liberan recursos operativos. Además, pagar a proveedores con parte del préstamo puede mejorar condiciones comerciales o recuperar descuentos perdidos por impagos.

Enfoque del equipo directivo en lo que importa

Reducir la tensión de tesorería y disponer de financiación estable permite al equipo de gestión centrarse en invertir, escalar y ejecutar, en lugar de estar constantemente apagando fuegos financieros.

En este sentido, el crédito privado no es una solución de urgencia, sino un catalizador para profesionalizar la estructura financiera y preparar a la empresa para escalar.

Cómo preparar la empresa para acceder a una refinanciación con crédito privado

Aunque los fondos ofrecen estructuras más flexibles, no están dispuestos a asumir cualquier riesgo. Su análisis es riguroso y requieren planificación por parte de la empresa. Estos son los pasos clave:

  • Diagnóstico financiero claro: Mapear toda la deuda actual, los vencimientos, las condiciones y el flujo de caja. Sin esta radiografía inicial, es imposible plantear una reestructuración coherente.
  • Plan de negocio y proyecciones sólidas: Los fondos no se fijan solo en el pasado. Evalúan la capacidad futura de repago. Por eso es imprescindible mostrar una estrategia creíble y bien articulada con proyecciones financieras detalladas.
  • Viabilidad técnica de la operación: Diseñar una estructura realista que combine tramos de refinanciación y, si aplica, capital nuevo. Aquí el apoyo de asesores especializados es crucial.
  • Preparación para reporting y control: Una vez firmada la operación, los fondos suelen exigir informes periódicos y control de covenants. Tener un equipo financiero capaz de atender estos requerimientos es parte del éxito de la relación.
  • Acompañamiento legal y fiscal adecuado: Elegir bien la estructura (préstamo, pagaré, bono), entender la ley aplicable, optimizar fiscalmente los costes y garantizar la validez jurídica del contrato son pasos indispensables para evitar sorpresas a futuro.

Esta lógica es aplicable a muchísimas empresas. No se trata de pedir más, sino de pedir distinto. Esa es la clave.

Aspectos legales y regulatorios: marco sólido, pero con matices

Las pymes interesadas en refinanciaciones con fondos de deuda deben tener en cuenta varias cuestiones legales:

  • Autorización y regulación del prestamista: los fondos deben operar bajo normativa AIFMD y estar supervisados por la CNMV o entidad equivalente. Esto ofrece seguridad jurídica a la empresa prestataria.
  • Estructura del préstamo: puede instrumentarse como crédito simple, bono privado o pagaré. Cada fórmula tiene implicaciones legales y fiscales distintas. Se recomienda asesoramiento especializado para estructurar bien la operación.
  • Uso del nuevo marco concursal: la Ley 16/2022 permite homologar planes de reestructuración que afectan a todos los acreedores, incluso disidentes. En casos complejos, esta herramienta protege el acuerdo y al prestamista, facilitando la operación.
  • Consideraciones fiscales: los intereses son deducibles, pero deben estructurarse correctamente los honorarios asociados. En ciertos casos, usar préstamos participativos puede mejorar la situación contable si están bien diseñados.
  • Obligaciones de información y transparencia: es probable que el fondo exija reporting financiero regular. Esto obliga a una gestión financiera profesionalizada, pero también mejora el control interno de la pyme.

Una oportunidad real para el crecimiento sostenible

El momento actual ofrece una ventana clara para que las pymes accedan a financiación alternativa en condiciones razonables. Aunque el crédito privado conlleva un coste superior al bancario, las ventajas superan esa barrera en muchos casos:

  • Plazos largos, con amortizaciones adaptadas
  • Menor presión mensual, más liquidez disponible
  • Rapidez en la ejecución
    Flexibilidad estructural y relacional
  • Posibilidad de capital nuevo sin dilución accionarial

Esta refinanciación “permitirá a la empresa consolidar múltiples fuentes de financiación en una única plataforma, reduciendo la carga administrativa... y mejorando la relación con el grupo de financiadores”.

¿Está vuestra empresa lista para una refinanciación estratégica?

El crédito privado está cambiando el panorama de la financiación empresarial en España. No es una moda, ni un último recurso. Es una herramienta seria, profesional y estratégica que cada vez más empresas están integrando en su arquitectura financiera.

Para pymes con facturación superior a los 2 millones de euros anuales, que buscan consolidarse, invertir o escalar, la refinanciación mediante fondos de deuda privada puede marcar un antes y un después. La clave está en anticiparse, estructurar bien la operación y acompañarse de socios que entiendan el negocio.

Lo que parecía un problema de deuda, en realidad era un bloqueo de liquidez. No necesitaban más ingresos, necesitaban reorganizar su estructura financiera.

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