Descubre cómo opera el mercado de renta fija, desde la compra de bonos hasta la percepción de intereses, y su papel en la economía global.

Hablar de renta fija es sumergirse en un universo financiero fascinante, lleno de oportunidades y claro está, de sus propias particularidades. La renta fija, en términos sencillos, se refiere a aquellos títulos representativos de deuda que, a diferencia de las acciones cuyo dividendo es variable y desconocido a priori, ofrecen un cupón definido a priori. Por lo tanto, el apelativo de “fija” tan sólo hace referencia a este factor de tener prefijada las condiciones del cupón que obtendrá el inversor, así como casi siempre, su vencimiento. Sin embargo, esto no supone que su valor no fluctúe en el tiempo (cotización), pues su precio varía como lo hace el de las acciones,en función de la evolución de los riesgos en los que incurre el inversor al comprar el título.

Pero, ¿qué implica esto en la práctica? Si te interesa profundizar más en los instrumentos de renta fija y en su funcionamiento, te recomiendo leer este artículo donde abordamos el concepto con mayor detalle.

Cómo funciona el mercado de renta fija

En la gran mayoría de los casos, los títulos de renta fija (comúnmente denominados bonos) se definen por los siguientes parámetros:

- Emisor: deudor obligado a los pagos (cupones y principal). Pueden ser emisores del sector público (estados soberanos ,regiones, agencias, multilaterales) o del sector privado (entidades financieras, bonos corporativos, vehículos creados específicamente para emitir deuda, etc). Obvia decir que este parámetro define el riesgo de la inversión, y que en función de su probabilidad de impago en el momento de la emisión, se concretará el retorno pactado (cupón).

- Vencimiento: aunque la posibilidad de emitir deuda perpetua existe, lo habitual en un bono es contar con una fecha de compromiso de devolución del principal. Esta fecha determina la extinción del bono y por lo tanto de los derechos y obligaciones que para inversor y emisor genera. Suele coincidir con el pago del principal (estructuras “bullet”), pero también es posible pactar amortizaciones anticipadas en fechas concretas (estructuras “amortizing”).

- Cupón: renta periódica prefijada para remunerar al inversor por el riesgo asumido. Este cupón suele tener periodicidad anual, semestral o trimestral, siendo factible cualquier otra periodicidad pactada. A su vez, este cupón puede ser fijo (tasa porcentual prefijada) o flotante (diferencial fijo prefijado referenciado a algún índice que fluctúa).

- Clausulado: conjunto de términos y condiciones adicionales a las comentadas, que definen el tipo de obligación que adquiere el emisor. Dependiendo de la naturaleza de la deuda distinguimos entre deuda “senior”, que es aquella que responde con el balance del emisor, deuda “secured”(garantizada), que cuenta con garantías adicionales para el bonista, y deuda subordinada, que como su nombre indica, se subordina a toda la deuda anterior. Dentro de la categoría de deuda subordinada y como un producto híbrido entre bonos y acciones, están las participaciones preferentes, que podríamos definir como acciones sin derechos políticos y con derechos económicos prefijados.

- Calificación crediticia: los títulos de renta fija pueden o no, tener calificaciones crediticias de agencias independientes(Ratings). Estas calificaciones dotan de mayor transparencia al producto, y facilitan la operativa de inversores.

Es relevante mencionar que los títulos de renta fija nacen con vocación de trasmisión, de ahí que habitualmente se listen en mercados y coticen. La evolución de su precio dependerá de la evolución del riesgo de repago del título. Si el bono se emite con un cupón fijo, el inversor incurrirá en un doble riesgo.

Su inversión dependerá de la evolución de los tipos de interés y de la evolución del riesgo de crédito del emisor. Si el bono se emite con un cupón flotante (habitualmente referenciado a euribor), su inversión tan sólo dependerá de la evolución del riesgo de crédito del emisor, aunque también tendrá abierta la incertidumbre de los cupones concretos a cobrar en función de la evolución del índice de referencia (habitualmente euribor).

Combinando los parámetros anteriores distinguimos distintas categorías de instrumentos de renta fija. Sin ánimo de realizar una enumeración exhaustiva, estas serían las principales categorías de instrumentos de renta fija:

Bonos y obligaciones del Tesoro

En función del plazo, denominamos bonos del Tesoro (medio plazo) u obligaciones del Tesoro (largo plazo, esto es 10 o más años) a aquellos emitidos por un estado soberano. Son títulos de renta fija a medio y largo plazo con cupón habitualmente fijo y anual. Un inversor en obligaciones del Tesoro Español a 10 años, a día de hoy recibirá un cupón anual entorno al 3,20% y dentro de 10 años, siempre y cuando el Reino de España (Emisor) no suspenda pagos, la devolución de su inversión. Por el camino el inversor podrá vender sus títulos en el mercado secundario en cualquier momento. Lo hará al precio al que cotice en ese momento. Si cotiza por ejemplo al 2,50% el inversor obtendrá una plusvalía y si cotiza al 4,50% una pérdida.  

Letras del Tesoro

Se trata de activos de renta fija a corto plazo, emitidos también por estados soberanos y con la particularidad de ser emitidos al descuento. Es decir, que la rentabilidad de la inversión no se obtiene por uno o varios cupones explícitos, sino por la diferencia entre precio de emisión y de reembolso (rendimiento implícito). Aunque su liquidez es menor, también cotizan en mercados secundarios, y su precio también fluctúa.

Bonos corporativos y pagarés de empresa

Estos instrumentos de financiación no son exclusivos de los gobiernos. Las empresas también emiten bonos y obligaciones corporativas con condiciones similares para financiar su actividad o su crecimiento. Así, como inversor, tienes la opción de explorar distintos emisores de renta fija, cada uno con su nivel de riesgo y retorno asociados

Financieramente el instrumento es idéntico a los bonos del Tesoro. La única diferencia es que el deudor obligado a los pagos de cupón y principal, será una compañía y no un estado soberano. Por ejemplo un inversor que a día de hoy compra bonos de Telefónica a 10 años recibirá un cupón entorno al 3,90% y dentro de 10 años, siempre y cuando Telefónica (emisor) no suspenda pagos, la devolución de su inversión. También cotizará durante esos 10 años, y su precio fluctuará en función de la evolución de los tipos de interés y del riesgo de crédito de Telefónica.

Dentro de la categoría de bonos corporativos, y en función de su estructuración, distinguimos distintos tipos de productos (bonos “secured”, “senior”, subordinados). Las cédulas hipotecarias son bonos corporativos “secured” emitidos por una entidad financiera con el respaldo de su cartera de préstamos hipotecarios. Financieramente, su funcionamiento es idéntico al de cualquier bono, y su particularidad está en contar con garantías adicionales que mejoran su calidad crediticia. Es decir, una inversión en una cédula hipotecaria emitida por un banco, tendrá una rentabilidad inferior a un bono senior corporativo del mismo banco al mismo plazo.

Al igual que los estados soberanos emiten títulos de renta fija a corto plazo (Letras del Tesoro), también los emisores corporativos emiten títulos a corto plazo (Pagarés de empresa).

Bonos Proyecto

Bonos emitidos por vehículos específicamente constituidos para financiar un proyecto, habitualmente energético o de infraestructura. Son proyectos fácilmente “aislables” financieramente de su patrocinador (“sponsor”) y con flujos en mayor o menor medida, predecibles y asignables al proyecto. Suelen gozar de buenas calificaciones crediticias, pues se estructuran con flujos predecibles.

Bonos de Titulización 

Se trata de instrumentos de renta fija que permiten a las empresas descontar derechos de cobro presentes y futuros. Los bonos de titulización los emite un vehículo (fondo de titulización) en cuyo activo se incorporan los derechos presentes y futuros objeto de financiación. Los bonos de tramos “senior” de los fondos de titulización, suelen incorporar mejoras de crédito en su estructura que impactan en mejores ratings.  

Ventajas y desventajas del mercado de renta fija

Invertir en renta fija tiene sus pros y sus contras. Vamos a desglosar algunos de ellos: 

Ventajas

- Condiciones fijas: La renta fija permite conocer de antemano las condiciones de la inversión. Emisor, cupón, vencimiento y clausulado, son conocidos a priori.

- Menor volatilidad: Los instrumentos de deuda, son menos volátiles que las acciones. Esto es debido a dos factores. El primero es la subordinación del equity en caso de perdidas. Las potenciales pérdidas son absorbidas en primer lugar por el equity y posteriormente si la situación lo requiere, por los acreedores. En segundo lugar, por tener un cupón y un vencimiento fijos y conocidos, a diferencia de las acciones que tiene un dividendo desconocido a priori y carecen de vencimiento.

- Seguridad: En términos generales la inversión en renta fija puede considerarse más segura que la inversión en acciones. El grado de seguridad de la inversión, dependerá en gran medida de la calidad crediticia del emisor, medida en ocasiones por su Rating.

Desventajas 

- Retornos más bajos: Los instrumentos de renta fija suelen ofrecer retornos más bajos en comparación con la renta variable. Esto es porque por definición, un instrumento de deuda (Bono) y otro de capital (Acción) de un mismo emisor en un mismo momento de tiempo, suponen asunción de riesgos distintos.

- Riesgo de fluctuación: lamentablemente, la renta fija no puede prometer desenlaces fijos de una inversión y desde su nacimiento (emisión), hasta su muerte (vencimiento), se verá afectada en su precio (cotización) por diversos factores que en definitiva impactarán en cada momento en la probabilidad de impago del emisor. Resumiendo, los distintos factores que impactan en el precio de un bono son:

  • Evolución de los tipos de interés. Si el bono se emite a tipo fijo, la evolución de los tipos de interés impactará en su precio de cotización. Este impacto es inverso, de tal manera que si los tipos suben, el precio del bono caerá, y si bajan, el precio del bono subirá. Esto es así porque el bono no es ajeno al coste de oportunidad que en cada momento supone que el mercado cotice otras rentabilidades distintas a las prefijadas en su día en el cupón del bono. A su vez, en la evolución delos tipos de interés impactarán factores macroeconómicos, como la evolución de la inflación, el crecimiento, y cualquier otra variable macroeconómica con impacto en la política monetaria.
  • Evolución del riesgo de crédito del emisor. Obviamente la evolución de la solvencia del emisor (sus ingresos, su apalancamiento, y en general cualquier vicisitud que afecte a su solvencia), impactará directamente en el precio de sus bonos.

 

Invertir en renta fija puede ser una buena estrategia, especialmente si se busca más seguridad, menor volatilidad y condiciones más previsibles, aunque a cambio haya que sacrificar retorno y aunque la inversión lamentablemente no esté exenta de riesgo. Como siempre, un buen asesoramiento profesional y una diversificación adecuada, no sólo entre renta fija y variable, sino una buena diversificación dentro de cada familia de productos financieros, será la estrategia más aconsejable.

Federico Silva, Partner - Capital Markets